Aunque no es muy común, hay bastantes coches que cuentan con tapicerías de cuero en su interior, algo lujoso que queda muy bien, pero es algo a lo que hay que prestar especial atención porque requiere un cuidado bastante especial. A pesar de ello no deja de ser algo tan sencillo como cambiar el líquido refrigerante, aunque hay que tener en cuenta ciertas observaciones para no maltratar la piel de los asientos, lo que haría que se afeasen mucho.
Como ocurre con prácticamente toda la limpieza del automóvil, las tapicerías de tela, esta clase de tapizado requiere un aspirado en profundidad antes de comenzar su proceso de limpieza. Con esto eliminaremos cualquier clase de residuo y también el polvo que pueda haber en la superficie o en cualquier recoveco de la tapicería.
Una vez hayamos hecho esto, necesitaremos una toalla de algodón humedecida con agua y pasarla por la tapicería; con esto eliminaremos la suciedad que no haya sido retirada con el aspirador y también las manchas leves.
En el mercado podemos encontrar un gran número de limpiadores de cuero, lo que nos servirá para el siguiente paso. Con un paño diferente aplicaremos el producto sobre toda la tapicería, siempre haciéndolo de una forma suave, procurando repartir el producto por toda la tapicería. Una vez hecho podremos retirar el exceso de producto, en caso de que hubiese, y posteriormente utilizar un acondicionador de cuero.
Este producto hará que la piel de la tapicería se hidrate y se mantenga siempre en las mejores condiciones de elasticidad y brillo. Después solo nos quedará pasar una gamuza seca y dejarlo bien brillante y en óptimas condiciones. Se trata de una operación que debe hacerse al menos dos veces al año y aunque nos lleve cierto tiempo, permitirá que tengamos la tapicería como nueva.