Dentro del apartado de la limpieza del automóvil nos encontramos con el encerado, un proceso que puede jugar un papel muy importante y que si lo probamos una vez en nuestro coche y vemos todas las ventajas que ofrece, seguro que no querremos dejar de aplicarla siempre que tengamos oportunidad.
Actualmente existe un gran número de ceras diferentes pero las más utilizadas son las sintéticas, naturales y las líquidas. Las sintéticas se conocen como selladoras y destacan sobre todo por su durabilidad, la cual puede llegar incluso hasta un año y porque ofrece un gran índice de protección superior a la que ofrecen las ceras naturales.
Las ceras naturales proporcionan una mayor profundidad de color al vehículo, siendo recomendables para aquellos coches que tengan un color oscuro. El punto flaco de estas ceras es que tienen una durabilidad menor que las sintéticas y suelen durar entre uno y dos meses aproximadamente.
Finalmente, las ceras líquidas son aquellas que bien en formato natural o sintético siempre se presentan en aerosol totalmente diluidas. Son mucho más fáciles de aplicar que las sólidas, pero su índice de duración es de los más bajos.
La función principal de la cera no es otra que la de proteger la pintura del vehículo dado que sus características le proporcionan un recubrimiento especial, aumentando su protección contra la radiación ultravioleta y también contra la contaminación atmosférica.
Un buen encerado es también una excelente protección contra los excrementos de pájaro, los cuales contienen ácido clorhídrico, lo que puede afectar seriamente a la pintura en caso de que no se eliminen rápidamente.
Otro punto a favor es que la cera proporciona a la pintura del coche un color más intenso y un brillo especial, lo que además de dar un aspecto único, hace que también sea más fácil de limpiar porque la cera evita que la suciedad pueda acumularse. ¿Cuál es tu excusa para no encerar tu coche?