En muchas ocasiones, cuando alguien quiere realizar un lavado de coches en Madrid, lo más rápido y socorrido es llevarlo a un túnel de lavado, aunque no es la opción más aconsejable. Lo más recomendable es llevarlo a un establecimiento especializado en el lavado a mano, deja un mejor resultado y no ataca a la pintura del coche.
Uno de los principales problemas que podemos encontrarnos es que las cerdas de los cepillos gigantes de los túneles de lavado no se limpian solas. Si antes que nosotros ha pasado un todo terreno y ha dejado todo lleno de barro, tenemos un problema. El barro puede secarse y cuando entremos con nuestro coche y los rodillos se accionen, estaremos dañando la pintura del coche.
El barro tiene pequeños trozos de roca, algo que resulta abrasivo para cualquier superficie, especialmente para la chapa y la pintura del coche. Si a ello le sumamos la presión del agua que se aplica y la velocidad a la que giran los rodillos, es como si pasásemos un papel de lija fina a la pintura de nuestro coche.
Aunque los túneles de lavado más moderno han ido cambiando el material del que están hechos las cerdas de los rodillos, la tela que se utiliza hoy en día aún absorbe la suciedad de otros coches, aplicándola sobre el que va detrás.
En este caso, llevar el coche al túnel de lavado hará que la pintura sufra de muchos microarañazos, algo que con el paso del tiempo se va acumulando poco a poco y va deteriorando la integridad de la chapa, permitiendo incluso que pueda aparecer óxido.
La reparación de los microarañazos solamente se puede hacer mediante un proceso de pulido, lo que conlleva un precio. Para evitarlo y mantener la chapa en el mejor estado posible, la recomendación es la limpieza a mano.
En muchas ocasiones, cuando alguien quiere realizar un lavado de coches en Madrid, lo más rápido y socorrido es llevarlo a un túnel de lavado, aunque no es la opción más aconsejable. Lo más recomendable es llevarlo a un establecimiento especializado en el lavado a mano, deja un mejor resultado y no ataca a la pintura del coche.
Uno de los principales problemas que podemos encontrarnos es que las cerdas de los cepillos gigantes de los túneles de lavado no se limpian solas. Si antes que nosotros ha pasado un todo terreno y ha dejado todo lleno de barro, tenemos un problema. El barro puede secarse y cuando entremos con nuestro coche y los rodillos se accionen, estaremos dañando la pintura del coche.
El barro tiene pequeños trozos de roca, algo que resulta abrasivo para cualquier superficie, especialmente para la chapa y la pintura del coche. Si a ello le sumamos la presión del agua que se aplica y la velocidad a la que giran los rodillos, es como si pasásemos un papel de lija fina a la pintura de nuestro coche.
Aunque los túneles de lavado más moderno han ido cambiando el material del que están hechos las cerdas de los rodillos, la tela que se utiliza hoy en día aún absorbe la suciedad de otros coches, aplicándola sobre el que va detrás.
En este caso, llevar el coche al túnel de lavado hará que la pintura sufra de muchos microarañazos, algo que con el paso del tiempo se va acumulando poco a poco y va deteriorando la integridad de la chapa, permitiendo incluso que pueda aparecer óxido.
La reparación de los microarañazos solamente se puede hacer mediante un proceso de pulido, lo que conlleva un precio. Para evitarlo y mantener la chapa en el mejor estado posible, la recomendación es la limpieza a mano.