Prácticamente todas las piezas del vehículo están expuestas a ensuciarse tarde o temprano aunque es tan importante la limpieza exterior como la limpieza interior de coches. Normalmente basta con una buena limpieza a fondo y se vuelve a tener el coche en un estado impecable, pero hay piezas que a medida de que se van usando y están expuestas a frío, calor, lluvia, suciedad y demás agentes, acaban perdiendo sus propiedades como por ejemplo los focos, algo que se debe procurar en todo momento tenerlos, además de reglados, siempre en las mejores condiciones para el visionado nocturno.
A medida de que pasa el tiempo, los faros del coche se van tornando de color amarillento y aunque hay gente que opta por cambiar todo el juego, se pueden hacer cosas para mejorar notablemente su aspecto y tenerlos en óptimas condiciones, aunque no es tan sencillo como echarle un poco de agua con jabón, hay que trabajar un poco más.
Una de las opciones que podemos encontrar es el de limpiar los focos con pasta dental y para ello no se debe usar ninguna que contenga microcristales, sea blanqueadora o tenga cualquier otra clase de producto blanqueador porque puede dañar la superficie de los faros. Hay que elegir siempre una que sea normal y corriente con la que frotar suavemente y después enjuaga el faro con un trapo suave húmedo y posteriormente secar el faro y aplicarle una capa de cera protectora.
Otras personas prefieren usar compuesto para pulir aluminio, algo, según se dice, ideal cuando la parte externa del foro comienza a adquirir una pátina parecida al óxido. Lo que se suele hacer es lavar con jabón el exterior del faro y aclararlo con agua para después secarlo y echarle el compuesto para pulir aluminio con un paño seco usando pequeños movimientos circulares y retirándolo después con un paño limpio, debiendo repetirse la operación varias veces hasta que esté limpio.
Hay más alternativas como usar lijas de diferentes calidades y diámetros de grano así como usar kits específicos para la limpieza de faros o el clásico alcohol con toallitas. No merece la pena perder tanto tiempo e incluso llegar a arriesgarse a estropear el faro con productos tan agresivos como la lija, siempre es mucho más recomendable dejar el asunto en manos de profesionales, que solucionarán nuestro problema de la manera más acertada.